ESTIMADOS HIJOS, A NOMBRE DE SUS MADRE Y DEL MIO PROPIO
Después de verlos profesionistas, quisiéramos pedirles que siempre sean humildes y tengan la capacidad de aceptar sus errores cuando estén equivocados, ya que esto es significado de madurez. Aceptar y conocer los errores que por la propia naturaleza del ser humano cometemos, es también otra vereda que los conducirá a la verdad. A veces les será difícil y doloroso reconocer que están equivocados, pero siempre será mejor enfrentar esa realidad para superarla, que vivir en el error o en la mentira.
Emprender con entusiasmo y firme interés cualquier actividad en la vida, abre también puertas hacia resultados exitosos. ¡Cuántas cosas lograríamos si pusiéramos nuestro máximo esfuerzo y dedicación a todas nuestras actividades!, ya sea en la escuela, en el deporte o en el trabajo. Yo les garantizo por mi propia experiencia, que si siempre hacen el mejor de sus esfuerzos para lograr lo que se propongan, alcanzarán resultados sorprendentes. Alguien me dijo un día, que no existen más limitaciones que las que uno mismo se impone y éstas, se encuentran fundamentalmente en la mente de las personas.
Finalmente, cultiven como una actitud importante en la vida, el sentido de la responsabilidad; cumplan siempre con sus compromisos y obligaciones y si acaso es posible, excédanse en el cumplimiento.
Hagan las cosas lo mejor que puedan y esto, aunado a lo que les comenté anteriormente, les hará progresar paulatinamente y además, se los garantizo, les permitirá ser personas satisfechas con ustedes mismos y con los demás.
Hijos míos, razonen y analicen nuestras palabras. Si en alguno de los actos de sus vidas, lograran el éxito por cualquiera de estos consejos, recuerden siempre en ese momento, que sus padres siempre los amaran.
Solo quisiéramos pedirles que luchen por seguir siempre adelante, que sean los mejores en donde quieran que se encuentren, que nunca sufran ni lloren, que sean unos triunfadores en la vida.
Lucy y Alfredo
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